Actualización
Reflexión sobre la misión en el CPO acerca de los avances hacia el fin de la explotación, el abuso y el acoso sexuales
27 Ene 2022
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27 Ene 2022
NACIONES UNIDAS, Nueva York – En enero del año pasado, la Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del UNFPA, comenzó su liderazgo en el Comité Permanente entre Organismos (CPO) para la Protección contra la explotación, el abuso y el acoso sexuales. Durante su mandato anual, se reunió con sobrevivientes y proveedores de servicios en la República Democrática del Congo y Sudán y promovió avances para poner fin a la explotación, el abuso y el acoso sexuales. Ahora que esta labor se acerca a su fin, la Dra. Kanem reflexiona sobre lo vivido durante este año.
¿Qué lecciones podemos aprender de su papel en el CPO?
Que una de nuestras mejores bazas es escuchar a las mujeres y las soluciones que plantean.
Cuando me reuní con mujeres en la República Democrática del Congo, no solo compartían sus preocupaciones, por ejemplo, acerca de los peligros a los que se enfrentan al acceder al agua, sino que venían con una lista de soluciones sugeridas. Se niegan a ser víctimas. Suelen ser sus mejores defensoras y prestamos un mejor servicio cuando les permitimos que lo lideren.
Esto es parte de una visión centrada en las sobrevivientes: es necesario escuchar a las mujeres, a las niñas y a otros integrantes de la comunidad, todos aquellos a quienes servimos, y trabajar unidos para fortalecer la protección contra la explotación y el abuso sexuales.
¿Qué le sorprendió durante el transcurso de su mandato?
La asombrosa capacidad de resiliencia de las sobrevivientes y de quienes prestan los servicios que tan desesperadamente necesitan, incluso en medio de una pandemia.
Visité el Hospital de Panzi, dirigido por el Premio Nobel el Dr. Denis Mukwege, conocido en todo el mundo por su trabajo de emergencia con sobrevivientes de violencia sexual en situaciones de conflicto. Vi de primera mano la atención médica y el apoyo psicosocial que reciben las sobrevivientes y el apoyo que se prestan mutuamente.
Me sorprendió y me conmovió la fuerza de estas mujeres, que defienden sus derechos y la justicia que merecen. A pesar del peligro que enfrentan, dicen su verdad todos los días y no serán silenciadas.
¿En qué nota usted los cambios?
Creo que podemos enmendar esta enorme injusticia en nuestra generación. En el pasado ha habido una cultura del silencio y un temor a las represalias en torno a la explotación y los abusos sexuales perpetrados por trabajadores humanitarios, la gran mayoría de los cuales realiza un trabajo extraordinario garantizando la seguridad y el bienestar de las personas más vulnerables de todo el mundo.
Apartar la vista causa un daño profundo y hoy día es inaceptable. Actualmente, hay una mayor conciencia del problema, así como una mayor voluntad de denunciar esos actos de traición contra las personas a quienes servimos. Las comunidades, los organismos de las Naciones Unidas y las organizaciones humanitarias se están pronunciando más abiertamente. Este cambio de mentalidad (desde la incómoda complacencia hasta una cruzada contra la explotación y el abuso sexuales) es lo que nos ayudará en última instancia a superar esta mancha en nuestra humanidad.
¿Cuál es su consejo para su sucesor en la Protección contra la explotación, el abuso y el acoso sexuales?
Este mandato me ha ofrecido muchísimas oportunidades de escuchar, aprender y crecer; le deseo lo mismo a mi sucesor. Si algo puedo aportar, es que no basta con escuchar y asentir educadamente. Para lograr un impacto debemos involucrar a la comunidad y a las organizaciones dirigidas por mujeres y ayudarlas a guiarnos.
Aunque mi mandato ha terminado, seguiré siendo una socia franca, visible y audaz en los esfuerzos colectivos para erradicar la explotación, el abuso y el acoso sexuales.
Espero con sumo interés colaborar con mi sucesor para garantizar la rendición de cuentas a las personas a las que servimos y traducir sus exigencias en acciones.