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Un año después de la invasión a gran escala de Rusia en Ucrania abordamos la ofensiva contra la salud y los derechos de generaciones de mujeres y niñas

La psicóloga Victoria Semko trabaja con un equipo móvil psicosocial del UNFPA y asegura: «Cuando regresé a Irpin por vez primera, pasé miedo. Había coches tiroteados y tanques quemados en las calles. La ciudad estaba vacía. Absolutamente todo era diferente». © UNFPA Ucrania/Roman Buchko
  • 24 Febrero 2023

UCRANIA - «Todo esto nos recuerda que la vida continúa, incluso durante la guerra». Tetyana Postolovska, obstetra y ginecóloga, trabaja en una clínica móvil de salud reproductiva del UNFPA en Vinnytsia, una región de tránsito en Ucrania.

Desde el nacimiento de bebés en zonas de conflicto activo hasta mujeres que se quedan embarazadas y pensaban que eran estériles, Postolovska ha sido testigo de alegrías en medio de la desolación, pero también de traumas y tragedias.

«Desde el comienzo de la guerra han pasado por aquí unas 185.000 personas desplazadas internas, 113.000 de ellas mujeres», explica la Dra. Postolovska. Durante los cinco meses que lleva trabajando con el equipo móvil, ha examinado a unas 3.000 mujeres en seis distritos. «Un día atendimos a 43 personas», relata. «No es fácil, pero no podemos detener la llegada de pacientes solo porque estemos cansadas. Tenemos que atender a todas».

A doctor uses medical technology to scan a pregnant woman.
La Dra. Tetyana Postolovska trabaja en Vinnytsia desde una de las clínicas móviles de reproducción del UNFPA. Actualmente hay 20 clínicas móviles en toda Ucrania, provistas de medicamentos, material, métodos anticonceptivos y pruebas de VIH, de hepatitis y de enfermedades de transmisión sexual. Estas clínicas se crearon en abril de 2022 para atender las necesidades de las personas desplazadas internas. © UNFPA Ucrania/K. Hryshko

La clínica del UNFPA cuenta con una ginecóloga, una matrona y un psicólogo, y está provista de medicamentos, material, métodos anticonceptivos y pruebas para enfermedades de transmisión sexual. Hay más de 20 clínicas móviles en todo el país, que prestan servicios de planificación familiar y atención postnatal y prenatal, urgencias obstétricas incluidas. En algunos casos, estas clínicas son la única esperanza para muchísimas mujeres y niñas.

Pero a pesar de sus incansables esfuerzos, la Dra. Postolovska afirma que el número de abortos espontáneos en Ucrania ha aumentado entre un 10 y un 15 por ciento en comparación con el periodo anterior a la guerra. «Tenemos que ser lo más accesibles posible para la gente... todas las familias [deberían tener la] oportunidad de dar a luz a un niño sano en el momento previsto».

Cicatrices visibles e invisibles

La destrucción de infraestructuras, hospitales y centros sanitarios ucranianos por parte de Rusia ha imposibilitado en ocasiones el acceso de las mujeres y las niñas incluso a los servicios básicos de salud sexual y reproductiva, por no hablar del apoyo vital que suponen las cesáreas o los kits posviolación.

En el último año se han producido más de 760 ataques contra instalaciones sanitarias, y el personal médico muchas veces carece de los suministros y equipos que podrían significar la diferencia entre la vida y la muerte para las mujeres que dan a luz en el caos de la guerra.

La invasión se ha cobrado un precio especialmente alto en las vidas de millones de mujeres, niñas y jóvenes, ya que la violencia doméstica y de género han aumentado drásticamente. Se calcula que unos 3,6 millones de personas en Ucrania necesitarán prevención y respuesta ante la violencia de género en 2023, la gran mayoría mujeres y niñas. Sin medios para escapar físicamente, algunas supervivientes se ven obligadas a permanecer o regresar con sus maltratadores; además, el estrés de la guerra conduce a que las tensiones en el hogar aumenten.

Hanna Tartynskyi es psicóloga de Berdiansk, en el sureste de Ucrania, trabaja en un centro del UNFPA para supervivientes en Dnipro y afirma: «La violencia doméstica no ha desaparecido. Simplemente ha migrado con la gente. Y aunque en el lugar de residencia los servicios sociales, la policía y los vecinos conocían la situación en esas familias, durante la migración masiva las supervivientes se encuentran completamente perdidas: “¿Dónde acudo?, ¿dónde busco ayuda?».

Y mientras muchas personas siguen huyendo, otras regresan a casa a pesar del conflicto, desesperadas por reconstruir algo parecido a lo que fueron sus vidas en tiempos de paz. Entre ellas se encuentra la psicóloga Victoria Semko, que regresó a Irpin en abril de 2022, después de que el gobierno ucraniano recuperara el control de la ciudad. Trabaja con uno de los 100 equipos móviles psicosociales del UNFPA, que en un primer momento prestan ayuda en situaciones de emergencia y ayudan a las personas a ponerse en contacto con la policía, los servicios sociales y los espacios seguros donde pueden refugiarse.

Ahora, añade, también se ocupan cada vez más de casos de agotamiento emocional grave. «En los primeros meses de la guerra había tensión y una gran energía, ganas de luchar, pero después vinieron el agotamiento y la apatía. Los primeros signos de trastorno de estrés postraumático ya empiezan a aparecer en algunas personas entre aquellas afectadas por los horrores de la guerra». 

Con miles de muertos y casi un tercio de los ucranianos obligados a huir de sus hogares, la OMS calcula que 10 millones de personas corren un alto riesgo de sufrir estrés agudo, ansiedad, depresión, consumo de sustancias y trastorno de estrés postraumático.

Women carry UNFPA supplies.
En el último año, el UNFPA ha distribuido en hospitales y equipos móviles suministros y equipos de salud reproductiva suficientes para cubrir las necesidades inmediatas de salud reproductiva de 7,2 millones de personas. Sobre estas líneas, una entrega humanitaria de kits de salud reproductiva de emergencia del UNFPA llega a una maternidad de Dnipro en abril de 2022. © UNFPA Ucrania/Mark Kachuro

Proteger la salud y prevenir la violencia

A lo largo de estos últimos 12 meses de cruel conflicto, el UNFPA ha distribuido de manera continuada suministros, medicamentos y equipos esenciales de salud reproductiva a hospitales y equipos móviles para cubrir las necesidades inmediatas de más de 7 millones de personas, incluso en algunas de las zonas más peligrosas y de más difícil acceso.

De las 195.000 mujeres que dieron a luz en Ucrania en 2022, casi un tercio dio a luz en alguno de los más de 50 centros de maternidad que reciben apoyo del UNFPA. El UNFPA apoya 48 centros para supervivientes de violencia y mujeres en situación de riesgo en toda Ucrania y tres líneas telefónicas de crisis.

Pero para continuar esta labor que salva vidas necesitamos un acceso seguro y sin obstáculos para todas las personas que lo necesitan y el respaldo necesario para ampliar urgentemente los servicios de salud y protección. Sin esto, la violencia continuada y las violaciones de derechos podrían provocar peligrosos efectos en cadena que perseguirán a generaciones de mujeres y niñas durante las próximas décadas.

El UNFPA en Ucrania solicita 99 millones de dólares para 2023, con el fin de brindar apoyo esencial a más de 11 millones de personas y garantizar que las mujeres afectadas por la guerra, tanto en Ucrania como en los países vecinos, puedan dar a luz de forma segura y vivir libres de violencia, abusos y explotación.

Ver más: Guerra de Ucrania: Historias de amor y supervivencia un año después

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