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Siete años de resistencia: la lucha de una niña contra la mutilación genital femenina
- 23 de septiembre de 2014
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NACIONES UNIDAS (Nueva York) – Nancy Tomee se resistió a la mutilación genital femenina (MGF) durante siete largos años, soportando abusos y acoso hasta que una organización local intervino en su nombre. Ayer, la Sra. Tomee intervino ante los dignatarios en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York para hablarles sobre sus esfuerzos por empoderar a otras niñas para que se resistan esta práctica.
“Represento a todos los que reclaman que se produzca ese cambio, ya que cada niña debe originar nuevos cambios, y soy su embajadora”, afirmó en el diálogo de alto nivel organizado por la Organización de Primeras Damas Africanas contra el VIH/SIDA (OAFLA) en colaboración con el UNFPA.
En el acto, que coincidió con el 69.º período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, las primeras damas de todo el continente africano y de todo el mundo hicieron un llamamiento a los líderes mundiales en apoyo a los derechos y el bienestar de las adolescentes —sobre todo en África, en donde las niñas siguen soportando elevadas tasas de matrimonio infantil y embarazo a edad temprana, que provocan que los niveles de conclusión de la enseñanza secundaria sean menores y aumente la mortalidad materna—.
Según el informe sobre el Estado de la Población Mundial 2013, África Subsahariana cuenta con la mayor tasa de fecundidad adolescente del mundo y la región representa el 62% del total de la mortalidad materna de 2013, tal como indica el informe recientemente publicado Trends in Maternal Mortality.
“En África, las niñas menores de 15 años tienen cinco veces más probabilidades de morir durante el parto que las mujeres mayores, y las condiciones maternas representan más del 15% de las defunciones”, señaló el Dr. Babatunde Osotimehin, Director Ejecutivo del UNFPA, durante el acto.
Para algunas niñas, el primer paso en esta espiral descendente es la mutilación genital femenina —un rito iniciático que marca el paso de las niñas a la edad adulta.
Según la encuesta demográfica y de salud elaborada en 2008 en Kenya, aproximadamente el 27% de las mujeres del país se han sometido a algún tipo de MGF.
En su pueblo natal de Ortum, al noreste de Kenya, la Sra. Tomee vio como las niñas sometidas a la mutilación genital femenina eran casadas y obligadas a abandonar la escuela. Fue testigo de cómo las cicatrices de la MGF aumentaban las complicaciones durante el parto, en ocasiones incluso dificultándolo. También pudo ver cómo el bajo estatus de las mujeres era perpetuado mediante la violencia, empezando por los abusos que padeció su madre a manos de su padre.
Sin embargo, la Sra. Tomee se vio sola cuando cuestionó estas prácticas.
En el momento en que su familia decidió que era lo suficientemente mayor para someterse a la MGF, los vecinos, descontentos con su resistencia, la llevaron a la fuerza a la ceremonia de ablación. Pudo escapar tras forcejear y salir corriendo.
Cuando volvió a casa tras haber completado la enseñanza primaria, sus padres volvieron a presionarla para que se sometiera a la MGF. Pudo salvarse gracias a que un grupo local denominado Abandon the Knife convenció a sus padres de que la dejaran someterse a un rito iniciático alternativo.
Hoy, a sus 21 años, la Sra. Tomee defiende a otras niñas que quieren huir de la mutilación genital femenina. Su historia se relata en un documental que ha sido galardonado y en noviembre colaborará con el UNFPA en una movilización multitudinaria de jóvenes en su comunidad de Pokot. Los jóvenes declararán públicamente su intención de abandonar la práctica de la MGF.
La Sra. Tomee también pretende llegar al contexto internacional. “Les pedimos su apoyo para poder comunicarnos con una sola voz y demostrar que el cambio es posible”, afirma ante las primeras damas reunidas en las Naciones Unidas. “Queremos llegar hasta la última niña y darle apoyo para que se resista, además de dotarla de una voz que sea escuchada”.
En palabras del Dr. Osotimehin, las jóvenes como la Sra. Tomee tienen el potencial de remodelar no solo sus vidas, sino toda África.
“Las niñas son el mayor recurso no explotado del mundo”, apela a los asistentes al acto el Dr. Osotimehin.
Pero las violaciones de sus derechos les impiden poder contribuir de forma plena a sus comunidades y países. “El embarazo y el matrimonio precoz, la violencia por razón de género y la discriminación con demasiada frecuencia suponen el fin de la educación de las adolescentes, ponen en riesgo su salud y destruyen su potencial”, afirma.
Por otra parte, añade, “las inversiones en las niñas tienen un importante rendimiento económico. Este rendimiento ofrece el potencial de levantar economías enteras”.
El UNFPA trabaja por toda África y por todo el mundo para garantizar que las niñas puedan desarrollar todo su potencial.
Por ejemplo, a través del programa Action for Adolescent Girls (acción a favor de las adolescentes), el UNFPA promueve los derechos humanos, el empoderamiento y la educación de las adolescentes. Y en 2013, a través del programa conjunto del UNFPA y UNICEF sobre mutilación genital femenina, 1404 comunidades de África Occidental y Central declararon públicamente que abandonarían esta práctica.
El debate del lunes estuvo presidido por la primera dama del Chad, Hinda Déby Itno. El acto reunió a primeras damas de todo el mundo, así como a dirigentes de organizaciones internacionales, representantes del sector privado y filántropos.
Juntas, las primeras damas hicieron un llamamiento a la comunidad internacional para que reafirme su compromiso con los derechos, la salud y el bienestar de las mujeres y las adolescentes.