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La ayuda de dinero en efectivo es un salvavidas para las supervivientes de la violencia de género en la República de Moldova
- 27 Julio 2023
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DROCHIA, República de Moldova - «Muchas supervivientes dependen económicamente de sus agresores y quieren romper el círculo vicioso para poder separarse de [ellos]», explica Mariana Zaporojan, gestora de casos en un espacio seguro de Drochia gestionado por Artemida, una ONG local asociada al UNFPA.
Para las supervivientes de abusos y las personas en situación de riesgo en la República de Moldova, la ayuda de dinero en efectivo se ha convertido en un salvavidas que les ayuda a liberarse de los ciclos de violencia y a construir una nueva vida. Para mujeres como Elena* y Alina* ha resultado esencial para conseguir alimentos, alojamiento y atención médica para ellas y sus familias.
«La ayuda económica suele ser fundamental para las supervivientes, que enfrentan múltiples problemas, y las protege de nuevos riesgos», explica la Sra. Zaporojan. «A menudo no tienen el valor de dejar a sus maltratadores por miedo a no poder mantenerse económicamente a sí mismas ni a sus hijos, e iniciar una vida independiente y sin violencia. [Temen] correr el riesgo de perder a sus hijos».
Entre las supervivientes hay mujeres y niñas que huyen del conflicto en Ucrania, expuestas a un mayor riesgo de explotación, violencia y abusos, lo que incluye violencia sexual y física y la trata de personas.
La lucha por la supervivencia
Elena es una de esas mujeres. Huyó de su ciudad natal en Ucrania al inicio de la guerra con sus tres hijos. La situación de emergencia y la consiguiente ruptura de los sistemas de apoyo han tenido un efecto devastador sobre ella y sobre cerca de 6 millones de personas refugiadas ucranianas.
«El peor momento fue cuando los niños me pidieron comida y no tenía nada que darles», recuerda. «La única persona que consideraba cercana en Moldova era mi vecino. Fui a pedirle que me prestara algo de dinero o comida para poder alimentar a mis hijos. Entonces tuve el mayor trauma desde la guerra, me propuso tener relaciones sexuales: solo así me daría dinero».
Afortunadamente, Elena pudo encontrar ayuda a través de un espacio seguro móvil del UNFPA, uno de los ocho que se han puesto en marcha en todo el país para apoyar a las mujeres que huyen de la violencia y el conflicto tras la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en febrero de 2022. Estos espacios proporcionan información sobre salud sexual y reproductiva, apoyo y asesoramiento psicosocial a las supervivientes, y las derivan a servicios especializados.
La ayuda de dinero en efectivo, que cuenta con el apoyo de la Comisión Europea, es parte de la estrategia para ayudar a las supervivientes y a quienes corren riesgo de sufrir violencia de género a tomar las riendas de sus vidas.
Por ejemplo, Elena pudo comprar alimentos, productos de higiene y medicinas para su familia, y mudarse a un nuevo hogar donde sus hijos y ella se sintieron seguros y protegidos.
La ayuda de dinero en efectivo también se ofrece a aquellas mujeres de la zona que lo necesitan. Para supervivientes como Alina, que perdió su casa en un incendio debido a un trágico incidente provocado por su difunto marido, que la maltrataba físicamente, la ayuda económica fue un paso crucial para reconstruir su vida. «Me quedé en la calle, con un niño, sin ropa ni artículos de primera necesidad, y sin ninguna fuente de ingresos», relata.
«Esta ayuda me salvó la vida: compré ropa para mí y para mi hijo, zapatos, comida y materiales de construcción para reparar una cocina exterior y poder vivir allí en invierno».
Ayuda inmediata y compromiso a largo plazo
Desde febrero de 2022, más de 30.000 personas, tanto refugiadas como de las comunidades de acogida, han recibido ayuda a través de 28 espacios seguros del UNFPA (20 fijos y 8 móviles) en las regiones del centro, norte y sur del país, incluidas zonas remotas y de difícil acceso.
En toda la región, el UNFPA y sus asociados también han formado a más de 350 personas para reforzar los servicios contra la violencia de género.
A Alina, la ayuda le dio fuerzas para seguir adelante. «Vamos a alquilar otra casa para no tener que depender más del arrendador. De momento, nos sentimos muy seguros con los niños... Espero poder ofrecer a mi hijo una vida mejor».
*Nombres cambiados por razones de confidencialidad y protección