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Garantizando servicios esenciales de salud materna después que el ciclón Freddy causara estragos en Malawi
- 29 de marzo de 2023
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Nsanje, MALAWI– Ruth Zuze estaba nerviosa. Su comité local de gestión de desastres, en la aldea de Makanga, estaba transmitiendo alertas sobre un feroz ciclón que se dirigía hacia la costa sur de Malawi.
La sra. Zuze, de 30 años, estaba embarazada de nueve meses y se había estado preparando para irse al hospital del distrito: su primer hijo había nacido por cesárea debido a complicaciones médicas, por lo que los médicos le habían aconsejado que fuera vigilada en los últimos días de su embarazo;
pero justo cuando estaba a punto de salir de casa, el ciclón tropical Freddy tocó tierra y golpeó el pueblo con lluvias torrenciales y fuertes vientos durante horas. Como todos los caminos estaban sumergidos, la ruta de la sra. Zuze al hospital quedó cortada.
Según se informa, el ciclón Freddy es la tormenta tropical de mayor duración jamás registrada, y ha causado graves inundaciones y deslizamientos de tierra, tras haber dejado los peores daños en Madagascar, Malawi y Mozambique. Cientos de personas han muerto, muchos centros sanitarios siguen sumergidos y aldeas enteras han quedado varadas debido a que las carreteras y los puentes, que son a menudo la única manera de que miles de personas puedan llegar a los servicios esenciales, han sido arrastrados.
Cuando el embarazo pone en peligro la vida
Las contracciones de la sra. Zuze comenzaron unos días después. Arriesgándolo todo, su esposo la llevó al centro de salud más cercano, a más de 40 kilómetros en bote.
“Estaba perdiendo mucha sangre, y el dolor empeoraba por minuto”, recordó. “El centro sanitario era nuestra única esperanza, ya que el camino al hospital del distrito aún era intransitable”.
La pareja finalmente llegó al centro, pero allí descubrió que la instalación no estaba equipada para realizar la cesárea que necesitaba. “Nos dijeron que teníamos que ir al hospital principal del distrito para el parto. El personal llamó al hospital para pedir una ambulancia, pero todas las carreteras estaban inundadas”.
A medida que sus contracciones se hacían más frecuentes, el equipo médico alertó al centro de salud de Ngabu, en el distrito vecino de Chikwawa, donde algunas carreteras aún eran transitables. El UNFPA apoya el centro y ha ayudado a asegurar combustible, baterías y neumáticos nuevos para reparar cuatro ambulancias en el distrito, una de las cuales fue enviada para llevar a la sra. Zuze directamente al quirófano, donde dio a luz a un bebé.
“Estoy agradecida con el personal, que trabajó incansablemente para ayudarme a dar a luz de manera segura”, manifestó la sra. Zuze al UNFPA. “Había perdido la esperanza, no tenía otra alternativa que esperar y orar”.
Las enfermedades agravan la peligrosa falta de acceso
A unos 30 kilómetros de distancia, en la aldea de Mkolimbo, Fanny Gambuleni, de 22 años, también estaba entrando en labor de parto. “Cuando llegamos al centro de salud local, nos dijeron que no había acceso al hospital principal, ya que las carreteras habían sido arrasadas”.
La sra. Gambuleni explicó que aquí también el centro de salud de Ngabu envió una ambulancia. “Aunque era difícil el tránsito por la carretera inundada, lo logramos y me enviaron inmediatamente al quirófano”.
Ella dio a luz a una niña sana, pero muchas de las otras 3.500 mujeres embarazadas del distrito no han podido acceder a los servicios de salud materna. Mientras tanto, más de 30.000 mujeres en edad fértil están luchando para cubrir sus necesidades de salud sexual y reproductiva, incluidos anticonceptivos, productos de higiene menstrual y tratamientos para las infecciones de transmisión sexual.
Malawi también estaba luchando contra el brote de cólera más mortal que se haya registrado y que se inició antes del ciclón, mientras la malaria y otras enfermedades infecciosas amenazan la salud de cientos de personas en situación ya muy vulnerable.
El UNFPA garantiza la continuidad de los servicios críticos de salud materna
Las crisis climáticas que se multiplican hoy en día son una amenaza creciente, en particular para las mujeres y las niñas y las personas de las comunidades marginadas. Un informe reciente advierte que casi la mitad de la población mundial vive en regiones altamente vulnerables a los desastres climáticos, entre ella la población de Malawi, que ha contribuido muy poco a las causas que ocasionan estas catástrofes.
Más de 560.000 personas han sido desplazadas en Malawi por el ciclón tropical Freddy, y unas 130.000 personas afectadas solo en el distrito de Nsanje. El UNFPA está distribuyendo miles de kits de higiene femenina a mujeres y niñas en los distritos más afectados de Blantyre, Chikwawa, Nsanje y Mulanje. Los kits incluyen un cubo de agua de 20 litros, paños para la higiene, jabón, ropa interior, un cepillo de dientes y pasta de dientes y toallas sanitarias.
“Desde el ciclón no hemos tenido electricidad, por lo que el UNFPA intervino para ayudar a obtener combustible para los generadores”, indicó Olive Makuwira, del UNFPA, desde una clínica en Nsanje. “Esto ayudó a asegurar que las cesáreas pudieran continuar a pesar de no contar con la fuente de electricidad usual”.
El UNFPA está colaborando con las oficinas de salud de los distritos para garantizar la continuidad de los servicios de salud materna, proporcionar transporte para llegar a las mujeres embarazadas y lactantes en los campamentos de desplazados y establecer clínicas integradas de extensión materna y neonatal. Las clínicas permiten un mayor acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva, lo que ayuda a reducir las muertes y complicaciones de las embarazadas y los recién nacidos, que aumentan durante las crisis, ya hay menos estructuras de apoyo críticas disponibles para quienes las necesitan desesperadamente.