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Fomentando la esperanza y el liderazgo entre las y los jóvenes de Gaza
- 07 Agosto 2024
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GAZA, Palestina – «Mi mensaje para el mundo trata sobre lo importante que es fortalecer el papel de las y los jóvenes en las sociedades e invertir en su potencial», declaró Sarah Al Shamali, de 23 años, de la Ciudad de Gaza.
Voluntaria de la ONG local Sharek Youth Forum en Gaza, la Sra. Al Shamali está actualmente desplazada por novena vez y vive en un campamento de refugiados abarrotado. Antes de la última erupción de violencia, dirigía su propia empresa de medios y diseño gráfico, en la que perfeccionó las habilidades de liderazgo que ahora está enseñando a cientos de habitantes de Gaza.
«Me motivó aliviar el sufrimiento de las y los ciudadanos de Gaza», comentó al UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas encargado de la salud sexual y reproductiva. «Quiero mostrar al mundo que ninguna circunstancia extinguirá la esperanza que sienten nuestros jóvenes de cara a la vida».
La Sra. Al Shamali y sus compañeros brindan apoyo práctico, desde programas educativos hasta la distribución de agua potable en los campamentos de desplazados, cultivando un espíritu de solidaridad entre las personas jóvenes de Gaza.
Describió su experiencia como voluntaria como «transformadora», explicando que la ha ayudado a sobrellevar las crisis, ha fortalecido su resiliencia y confirmado su fe en el potencial de las generaciones futuras, «porque los jóvenes encarnan el alma y la energía de nuestro país».
Catalizadores del cambio
En la actualidad, alrededor de 1,9 millones de personas se encuentran desplazadas en Gaza, muchas de ellas ya varias veces. La mayoría vive en refugios temporales, inseguros e insalubres, lo que aumenta enormemente su exposición a enfermedades y a la violencia de género, pero con escaso acceso incluso a la atención de salud más básica.
Un programa para las personas jóvenes apoyado por el UNFPA y puesto en marcha en diciembre de 2023 ha contado hasta la fecha con la participación de casi 1.000 voluntarios y voluntarias para brindar asistencia a más de 90.000 personas jóvenes en toda Gaza. La iniciativa, que ha sido financiada por Education Over All, ofrece asesoramiento psicológico, actividades de alivio del estrés, apoyo a las supervivientes de la violencia de género y suministros y asesoramiento esenciales durante las campañas de salud pública.
Tales esfuerzos son esenciales, no solo para cubrir las necesidades psicosociales inmediatas de las y los jóvenes, sino también para aportar a las personas jóvenes afectadas por conflictos y traumas la capacidad para reconstruir un futuro más pacífico. Los estudios realizados en situaciones de conflicto y posconflicto muestran que los programas de apoyo comunitario dirigidos por la comunidad, los compañeros y los supervivientes pueden mejorar significativamente la salud y el bienestar de las mujeres y las personas jóvenes vulnerables a la violencia.
La Sra. Al Shamali explicó lo satisfecha que se sentía al ser testigo de la creatividad que mostraron las personas jóvenes al hacer frente a las necesidades de sus comunidades, como la construcción de hornos de arcilla y la creación de espacios educativos temporales. «La inversión más valiosa radica en empoderarlos como dueños de sus ideas, iniciativas y proyectos: pueden encontrar soluciones a los desafíos de la sociedad, como líderes, innovadores y como nuestro futuro».
Los voluntarios también han distribuido suministros esenciales de higiene menstrual y sanitaria a mujeres y niñas, han reconstruido aulas e instalado baños y paneles solares en campamentos de desplazados.
Resiliencia juvenil en medio de la guerra en Gaza
«Los niños están viviendo algo similar a lo que sufrí yo en mi juventud: dolor, asedio y guerra», recordó Ahmed Halabi. «Ningún niño debería sufrir así».
El Sr. Halabi, de 26 años, nació y creció en la Ciudad de Gaza y ahora es voluntario de la ONG local Save Youth Future Society, una asociada del UNFPA. Canaliza su propia experiencia de infancia bajo la ocupación israelí trabajando en el diseño de iniciativas dirigidas por jóvenes que brindan apoyo psicológico, principalmente a niños, adolescentes y mujeres.
Los servicios psicológicos son fundamentales en Gaza, donde 1 millón de niños necesitan este apoyo. Las denuncias de violencia de género están aumentando en la Ciudad de Gaza y el norte, ya que se cierran los servicios y el personal se ve obligado a huir de los constantes ataques y de la inseguridad. Se sabe que los traumas y trastornos de los conflictos agravan la violencia de género y, aunque es difícil garantizarlas durante las constantes hostilidades, las estructuras de apoyo comunitario pueden ayudar a prevenir este perjudicial efecto dominó. Una iniciativa anima a los hombres jóvenes y a los niños a asumir roles positivos de género en sus familias y a disminuir su estrés y su ira practicando deportes como el fútbol. Los médicos también se disfrazan de payasos para visitar a las y los niños y proporcionar primeros auxilios, mientras que las ONG locales como Charity Fund y Eid Lantern distribuyen regalos y linternas para Eid, un compromiso para restaurar un cierto sentido de normalidad en medio del caos de la guerra.
«Los niños estaban contentos; la risa, como una chispa de esperanza, había vuelto a sus ojos: los padres también miraban a sus hijos con sonrisas y alegría».
Lo que comenzó con 10 voluntarios ayudando a 50 niños se ha ampliado ahora a 40 voluntarios que llegan a más de 300 niños. Trabajar con personas jóvenes ayuda a fomentar la cohesión social, ya que aprender a liderar iniciativas comunitarias puede reducir el estrés y prevenir la violencia, dar salida a su energía y sus emociones y enseñar el trabajo en equipo y la comunicación.
Un espacio seguro para el futuro
En el sur de Gaza se han restablecido los servicios de derivación de casos de violencia de género y algunos servicios están funcionando, pero persisten desafíos extraordinarios, como la falta de combustible, los costos de alquiler y operación exorbitantes y la grave falta de suministros.
Para ayudar a colmar estas lagunas, el UNFPA está prestando apoyo a seis espacios seguros en campamentos de desplazados en la Ciudad de Gaza y el norte de la Franja de Gaza, que proporcionan apoyo psicosocial, atención de salud sexual y reproductiva, derivaciones a servicios jurídicos y kits esenciales de higiene. Las y los jóvenes voluntarios en estos espacios involucran a otras personas jóvenes en actividades de artes y artesanía, deportes, canto, teatro y juegos.
Aunque están traumatizados por el sufrimiento de sus familias, amigos y conciudadanos de Gaza, los que desempeñan esas funciones siguen adelante, sin descanso en su dedicación.
«Si me preguntan por lo más importante que he ganado con este voluntariado, te diría que es todo lo que he podido ofrecer a los niños desplazados de mi ciudad», confesó Ahmed.