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En Gambella, las refugiadas llevan la peor parte de la olvidada crisis de Etiopía
- 19 Enero 2022
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Gambella, ETIOPÍA – “Mi única alegría es mi hijo, no tengo nada más en la vida”, adelantó Nyabel Jock, una refugiada de Sudán del Sur de 19 años, durante su chequeo regular del embarazo en el Centro de Salud de Jewi en el campamento de refugiados de Jewi, en Gambella.
Nyabel huyó a Etiopía hace más de cinco años desde Nasir, en el estado del Alto Nilo de Sudán del Sur, después de que estallara el conflicto en 2013 y desplazara a cerca de 1,5 millones de personas. Llegó al campamento con poco más que la ropa que llevaba puesta.
“Me fui de mi casa en circunstancias muy difíciles, y las cosas en el campamento tampoco han sido fáciles. Como refugiada es difícil conseguir empleo. Una depende de los donantes para todo, incluso para adquirir alimentos o cubrir sus necesidades de higiene personal”, agregó.
Al día de hoy, el campamento de refugiados de Jewi alberga a casi 62.000 de los 350.000 refugiados que están dispersos en ocho sitios y asentamientos de Gambella. Durante el último año han llegado a la región 11.000 refugiados de Sudán del Sur, de los cuales más de la mitad son mujeres y niñas.
El UNFPA está distribuyendo botiquines médicos de salud reproductiva en los centros de Gambella, y benefició a más de 100.000 refugiados y personas de las comunidades de acogida en 2021. Los equipos incluyen equipo médico, suministros, medicamentos y paneles solares en apoyo a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluida la atención de la salud materna y neonatal. El personal de salud, incluidas las parteras, también ha asistido a sesiones de capacitación para mejorar su capacidad de prestar atención de calidad, incluida la gestión de las complicaciones relacionadas con el embarazo
“La máquina de ultrasonido y los suministros médicos proporcionados por el UNFPA nos han permitido identificar a tiempo una serie de complicaciones, y hemos logrado salvar la vida de muchas mujeres”, afirmó Asnake Getachew, una partera en la sala de maternidad del campamento.
Los sistemas de salud y de servicios sociales de Gambella se tambalean bajo el peso de necesidades crecientes, ya que la región alberga a más de 370.000 refugiados solo de Sudán del Sur, un número que iguala a la población de acogida y es el más alto en el país. En el campamento de Jewi, el único centro de salud atiende a más de 60.000 refugiados, seis veces el máximo recomendado de 10.000 personas por centro de salud.
“Las mujeres con complicaciones del embarazo a menudo tienen que caminar más de 6 kilómetros para llegar al servicio de salud más cercano, y las consecuencias de hacerlo pueden ser fatales”, explicó Bezabih Fentahun, Coordinador de Salud de la Administración de Asuntos de Refugiados y Repatriados, que coordina las actividades de asistencia a refugiados en Etiopía.
La falta de infraestructura, personal calificado o mecanismos de remisión para la atención obstétrica de emergencia están obstaculizando los servicios de salud materna y neonatal en Gambella. Asnake dijo que las muertes maternas y de recién nacidos son demasiado frecuentes: ya ha sido testigo de tres fallecimientos de mujeres y dos recién nacidos en el curso del año. “Necesitaban transfusiones de sangre pero no había ambulancia disponible”, explicó.
Afwork Solomon, una partera que trabaja junto a Asnake, indicó que en promedio hay de cinco a seis partos por día, pero el pabellón sólo tiene seis parteras y una ambulancia, donada por el UNFPA. “No realizamos cirugía aquí, así que si tenemos dos casos que exijan remisión al mismo tiempo, uno tiene que esperar”, añadió.
Para ayudar a las sobrevivientes de la violencia y a las mujeres y niñas en situación de riesgo, el UNFPA también apoya un centro de atención integral en Gambella que brinda atención de salud y psicosocial y una línea telefónica gratuita, mientras que los espacios seguros para mujeres y niñas ofrecen refugio y asesoramiento.
Sin embargo, a diario siguen llegando nuevos refugiados. La inseguridad alimentaria está aumentando a medida que los conflictos étnicos y la sequía abaten la región y las inundaciones cíclicas destruyen los cultivos y los hogares. Es necesario hacer mucho más para defender los derechos de las mujeres y niñas de Gambella, incluido su derecho a un parto seguro y digno y a vivir sin violencia.
Sin una solución a largo plazo a la vista, y con el reciente anuncio de recortes en las raciones de alimentos, la difícil situación de los refugiados en Etiopía está empeorando día a día. Nyabel está cansada y se enfrenta a una situación imposible: no es seguro para ella regresar a casa, pero sin ingresos está luchando por sobrevivir.
En el Plan de Respuesta Humanitaria del UNFPA para Etiopía de 2021-2022 se solicita con urgencia que se destinen casi 14 millones de dólares estadounidenses para garantizar la atención de la salud sexual y reproductiva a millones de mujeres y niñas en el país, incluida la protección contra la violencia basada de género y el apoyo a las sobrevivientes. El plan de respuesta abarca ocho regiones afectadas por múltiples crisis y con acceso escaso o nulo a servicios esenciales de salud. Hasta la fecha sólo se ha financiado el 24 % del llamamiento, lo que pone en peligro millones de vidas.
Nyabel dijo que se aferraba a la esperanza: “Confío en que algún día podré volver a mi país con mi hijo, reunirme con mi familia y comenzar una nueva vida”.