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"Debemos resistir firmemente cualquier intento de retroceder": Escuchad a los iconos y activistas de los derechos de las mujeres
- 05 de marzo de 2020
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NACIONES UNIDAS, Nueva York - El ocho de marzo es el Día Internacional de la Mujer, y el desafío no podría ser mayor.
Este año se cumple un cuarto de siglo desde la creación de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, un plan de acción mundial para promover los derechos de las mujeres que reclamó la igualdad en todas las esferas de la vida y —partiendo de un histórico consenso logrado el año anterior— afirmó que la salud y los derechos reproductivos son fundamentales para el logro de ese objetivo.
"El primer indicio de respeto a las mujeres es el apoyo a sus derechos reproductivos", afirmó Nafis Sadik, entonces Directora Ejecutiva del UNFPA, en la conferencia en que se creó la Plataforma de Acción, en 1995, en Pekín.
"Los derechos reproductivos implican mucho más que el derecho a reproducirse. Comprenden el apoyo a las mujeres en actividades distintas a la reproducción; significan, en efecto, liberar a las mujeres de un sistema de valores que insiste en que la reproducción es su única función", explicó en ese momento.
Este año, el UNFPA está haciendo un balance de los progresos realizados desde aquel momento crítico en Pekín y, junto con los asociados de las Naciones Unidas, la sociedad civil, los gobiernos y los activistas, estamos aumentando los esfuerzos para alcanzar la meta de la plena y total igualdad de género de una vez por todas.
El último cuarto de siglo ha visto enormes avances en los derechos y el bienestar social de las mujeres. Los gobiernos y las autoridades aceptan ahora como un hecho fundamental que la salud y los derechos sexuales y reproductivos son parte indispensable del desarrollo mundial. Pocas personas —si aún queda alguna— rechazan abiertamente la humanidad plena e igual de las mujeres y las niñas.
Pero las cifras indican que aún queda un largo camino por recorrer. En la actualidad, una de cada tres mujeres sufre violencia física o sexual en el curso de su vida. Un 21 por ciento de las niñas se casa antes de los 18 años. Se calcula que 200 millones de mujeres y niñas vivas han sufrido la mutilación genital femenina. Las mujeres son más propensas que los hombres a ser pobres y analfabetas, tienen menos acceso a la propiedad de terreno, al crédito, la capacitación y el empleo, tienen menos probabilidades de ser políticamente activas y es mucho menos probable que accedan a posiciones de poder.
Estas privaciones muy a menudo se expresan como falta de autonomía y salud reproductivas: más de 200 millones de mujeres en todo el mundo desean evitar el embarazo pero no usan anticonceptivos fiables. Cada año, cerca de 300.000 mujeres mueren por causas relacionadas con el embarazo; la gran mayoría de estas muertes son evitables.
Mientras tanto, la oposición al progreso es cada vez más fuerte.
"En todo el mundo hay una reacción negativa en torno a los derechos de las mujeres", observó en marzo pasado el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres. "Somos testigos de un aumento de la violencia contra las mujeres, especialmente de las defensoras de los derechos humanos y de mujeres candidatas a ocupar cargos políticos. Se aprecia claramente en línea el acoso y el abuso de mujeres que levantan la voz. En algunos países, las tasas de homicidio están disminuyendo, pero los asesinatos de mujeres van en aumento. En otros países vemos una regresión de la protección legal contra la violencia doméstica o incluso contra la mutilación genital femenina".
No obstante, los defensores de los derechos de las mujeres no serán intimidados.
Las palabras de la Dra. Sadik desde Pekín son tan válidas hoy como lo fueron hace 25 años: "Podemos avanzar, pero debemos resistir firmemente cualquier intento de retroceder".
Este año, el UNFPA está honrando a las generaciones anteriores de mujeres activistas, cuyos incansables esfuerzos y espíritu indomable permitieron el progreso que disfrutamos hoy en día, y del mismo modo dirigimos la mirada a una nueva generación de activistas que está llevando en alto la antorcha de la igualdad.
Hace un siglo, Margaret Sanger fundó la primera clínica de "control de natalidad" en los Estados Unidos, que más tarde se convirtió en la Federación de Planificación Familiar de Estados Unidos. También desempeñó un papel fundamental en convencer a Gregory Pincus de trabajar con la píldora anticonceptiva oral. Sus ideas siguen siendo tan relevantes ahora como lo fueron hace cien años: "Ninguna mujer puede llamarse a sí misma libre si no tiene control sobre su cuerpo. Ninguna mujer puede llamarse a sí misma libre si no puede elegir conscientemente si será o no madre".
Cuando era bebé, Fawzia Koofi fue abandonada para que muriera bajo el ardiente sol de Afganistán, sólo por haber nacido niña. Sus padres cambiaron de opinión al final, pero ella habría de sufrir el peso aplastante de la misoginia nuevamente cuando el régimen de los talibanes tomó el poder. Eventualmente inició una campaña para que las niñas fueran a la escuela, y llegó a convertirse en una de las primeras mujeres elegidas para el Parlamento afgano recién establecido. "Quiero que mis hijas sean respetadas como seres humanos; ése es el país por el que estoy luchando", afirmó.
Como funcionaria en la esfera de desarrollo internacional en el Reino Unido, Julia Bunting trabajó para replantear ideas en torno a la mortalidad materna, transformándola de un problema inextricable a uno con solución viable. También impulsó el compromiso global FP2020 para extender la planificación familiar a 120 millones de mujeres y niñas. Declaró: "Todas las mujeres y las niñas tienen el derecho, y deben tener los medios, para decidir libremente y por sí mismas si quieren tener hijos y cuándo tenerlos. Las pruebas nos muestran que cuando se da este derecho a las mujeres y jóvenes, sus posibilidades de vida se transforman".
La Dra. Nadine Gasman ha invertido décadas a la lucha contra la desigualdad de género y la violencia generalizada contra las mujeres en América Latina. Quiere que el mundo entienda toda la gama de beneficios que reportará la igualdad entre los géneros: "La igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres son muy provechosos para las mujeres, pero también lo son para los hombres".
La renombrada periodista Christiane Amanpour ha dedicado décadas a llamar la atención sobre la discriminación y la violencia basadas en el género, mostrando al mundo que las noticias sobre las mujeres no son un tema marginal, sino que son las noticias reales. Sus informes mostraron que las mujeres y las niñas "querían tener control pleno sobre sus cuerpos, sobre su propia satisfacción sexual, sobre quiénes serían sus compañeros, a quiénes podrían elegir o no elegir...".
Hace tres décadas, Yvonne Byllye Avery fundó el National Black Women's Health Project [Proyecto Nacional de Salud para las Mujeres Negras] (hoy día denominado Black Women’s Health Imperative [Imperativo de Salud de las Mujeres Negras]), que es un movimiento para hacer frente a factores de estrés mental y físico que afectan la salud de las mujeres negras. En 1984, el proyecto identificó la violencia como un problema de salud fundamental mucho antes de que otros reconocieran su papel. "Nuestro mensaje a las mujeres: pónganse a sí mismas en primer lugar", manifestó.
Una angustiosa experiencia inspiró a la destacada modelo Christy Turlington a dirigir el documental No Woman No Cry, acerca de la muerte y discapacidad maternas, y a iniciar la organización sin ánimo de lucro Every Mother Counts [Cada madre cuenta]: "Si no podemos apoyar a una mujer mientras da vida, entonces no estamos apoyando a las mujeres".
En toda Mongolia la violencia doméstica fue una vez considerada indescriptible. Para Enkhjargal Davaasuren eso era inaceptable; por eso fundó el Centro Nacional Contra la Violencia e inició una campaña para penalizar la violencia doméstica. "En una sociedad patriarcal con predominio masculino, las mujeres no se dan cuenta de lo fuertes que pueden ser. Sean fuertes, pero lo que es más importante, sean colectivamente fuertes".
Durante veinte años, Ana Peláez Narváez ha defendido a las mujeres con discapacidad. En 2018, con el respaldo del movimiento mundial de los derechos de las personas con discapacidad, ella abrió camino al convertirse en la primera mujer con discapacidad en ser elegida miembro del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) de las Naciones Unidas. "Quiero llevar una perspectiva de discapacidad a todo el programa del CEDAW, visibilizando a las mujeres con discapacidad en cada trabajo que se realice, no sólo con una mención de vez en cuando".
Con apenas 16 años, Alejandra Teleguario Santizo comenzó a manifestarse contra la violencia sexual y el acoso callejero en su comunidad en Guatemala. Así se convirtió rápidamente en líder reconocible y, con una red de otras niñas empoderadas, comenzó su campaña contra el matrimonio infantil. "La persistencia es importante, porque podremos lograr lo que queremos como mujeres, y participar. Es ahí donde comienza el cambio".