Noticias
Aumentan las necesidades de las embarazadas a causa de los estragos de la tormenta tropical Ana en el sur de Malawi
- 16 Febrero 2022
Noticias
DISTRITO DE NSANJE, Malawi – “Daba miedo la posibilidad de que golpeara otro ciclón”, afirmó Mónica, que vive en Mbenje, en el distrito de Nsanje de Malawi. “Vivimos la misma experiencia con el ciclón Idai y luego con el ciclón Kenneth. Tuvimos que reconstruir desde cero”.
Durante el día se había corrido la voz en la aldea de que un poderoso ciclón había golpeado al vecino Mozambique, y ese domingo por la noche hace dos semanas el tiempo cambió repentinamente. Durante casi seis horas, lluvias torrenciales y fuertes vientos vapulearon Mbenje: la tormenta tropical Ana había alcanzado Malawi.
“Miré afuera y vi como subía el nivel del agua. Por experiencias anteriores, sabía que teníamos que movernos a un lugar seguro”, adelantó Mónica, que tiene seis meses de embarazo. “Alerté a mi marido, que rápidamente reunió a los niños".
Mónica y su familia caminaron toda la noche bajo la lluvia y entre el barro hasta llegar al campamento de Nyambese, uno de los 27 sitio temporales de recuperación en caso de desastre que han surgido en la región de Nsanje, y que ahora albergan a personas afectadas por la tormenta.
Al día siguiente, Mónica y su marido hicieron la caminata de cinco kilómetros de regreso a su pueblo para ver si podían salvar algo de su hogar. La visita confirmó sus temores. En el lugar donde una vez había estado su casa había ahora un profundo charco lleno de escombros, el grano que guardaban para alimento se había perdido, y sus animales habían desaparecido.
“Después de ver la destrucción, sabía que el campamento de Nyambese sería nuestro hogar hasta que se replegaran las aguas de la inundación”, admitió Mónica, extenuada.
La tormenta tropical Ana ha dejado un rastro de destrucción en Malawi, particularmente en los distritos meridionales más afectados de Nsanje, Phalombe, Mulanje y Chikwawa. Las inundaciones han suspendido el paso por las carreteras, obstaculizando así los esfuerzos de socorro, y los daños a la infraestructura eléctrica del país han causado frecuentes cortes de energía.
En el distrito de Nsanje, más de 55.000 personas viven actualmente en campamentos temporales. Entre esas personas está Mónica, que espera su tercer hijo en mayo, y aproximadamente 1.500 embarazadas más. Obligadas a compartir letrinas y con poca privacidad, las mujeres y las niñas corren mayor riesgo de violencia física y sexual en un país donde una de cada tres mujeres es objeto de violencia de género.
La limitada movilidad debida a las inundaciones y los apagones está afectando la prestación de servicios de salud sexual y reproductiva, pues la mayoría de los centros de salud del distrito de Nsanje (21 de un total de 24) enfrentan dificultades para prestar servicios. Tres recién nacidos ya han muerto en el distrito debido a que no se han podido poner a funcionar las incubadoras por falta de energía. El combustible para el generador en el hospital de distrito, así como los suministros, incluidas medicinas vitales para la salud materna, están escaseando.
El UNFPA y sus asociados se habían posicionado sobre el terreno a los pocos días del desastre. Hasta la fecha se han distribuido 6.600 kits de higiene femenina, que contienen artículos básicos de higiene, como toallas sanitarias, jabón y ropa interior, a mujeres y niñas en Nsanje y Chikwawa. Se han completado las reparaciones del generador en el Hospital del Distrito de Nsanje, con lo que se ha podido restaurar la energía en dicho centro. También se están elaborando planes para entregar botiquines de salud reproductiva con suministros médicos y no médicos, medicamentos de salud materna y anticonceptivos a las comunidades afectadas de ambos distritos.
“Nuestra prioridad inmediata es restaurar servicios de salud y protección sexual y reproductiva de calidad después del desastre”, aseguró Young Hong, Representante del UNFPA en Malawi. “A medida que los fenómenos meteorológicos extremos se hacen más frecuentes en la región, el apoyo del UNFPA a la recuperación debe centrarse en el fortalecimiento de los sistemas y el fomento de la capacidad de recuperación de las comunidades afectadas, en particular en cuanto respecta a las mujeres y las niñas”.
Para Mónica, el camino por delante será un todo un desafío, pues enfrenta la perspectiva de reconstruir desde cero tanto su hogar como su vida. No obstante, por ahora su preocupación más apremiante es su hijo no nacido. "Perdí todo, incluso mi pasaporte de salud", se lamenta, llevándose la cara a las manos temblorosas. Se suponía que esta semana fuera a una clínica prenatal, pero ahora no es posible viajar al centro de salud, porque las carreteras son malas y siguen inundadas".