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10 cosas que desconoce sobre la población mundial
- 13 de abril de 2015
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NACIONES UNIDAS, Nueva York – Líderes de todo el mundo iniciaron hoy el 48.º período de sesiones de la Comisión de Población y Desarrollo, en el que harán un balance del desarrollo mundial y el bienestar de sus pueblos.
A continuación se recogen 10 datos que apenas se conocen sobre la situación actual del mundo. Juntos dan muestras de un gran avance, aunque no el suficiente. Son demasiadas las mujeres y las adolescentes que continúan muriendo por causas totalmente prevenibles, y demasiadas las personas a las que se les niegan sus derechos. Sin embargo, estos datos también muestran un camino claro hacia un futuro alcanzable y más próspero, en el que se cubran las necesidades de todas las personas y se cumplan sus derechos.
En todo el mundo hay aproximadamente 1800 millones de jóvenes de edades comprendidas entre los 10 y los 24 años —lo que constituye la mayor población de jóvenes de la historia—. Muchos de ellos se concentran en países en desarrollo. De hecho, en los 48 países menos adelantados del mundo, los niños o adolescentes representan la mayoría de la población.
Muchos de estos jóvenes ven obstaculizado su potencial por la pobreza extrema, la discriminación o la falta de información. Pero si se invierte de forma adecuada en su educación y sus oportunidades, las ideas, los ideales y las innovaciones de estos jóvenes podrían transformar el futuro.
Dicho de otro modo, por cada 100 000 bebés que nacen en África Subsahariana, mueren 510 mujeres a causa de la maternidad. Cada día mueren en todo el mundo unas 800 mujeres por causas relacionadas con el embarazo.
Sin embargo, se ha avanzado mucho: desde 1990 se ha producido un descenso del 45% en las tasas mundiales de mortalidad materna. Y las actuaciones necesarias para salvar a más mujeres son de sobra conocidas, incluido el mayor acceso a la atención de la salud materna y la planificación voluntaria de la familia. Aun así...
Según los últimos datos, si todas las mujeres que desean evitar el embarazo pudieran utilizar anticonceptivos modernos y todas las mujeres embarazadas y recién nacidos recibieran la atención adecuada, se calcula que la mortalidad materna se reduciría aproximadamente un 67%. Los embarazos no planeados disminuirían cerca de un 70% y la mortalidad neonatal caería aproximadamente un 77%.
Pese a que el matrimonio infantil está prohibido en todo el mundo, sigue existiendo debido a la pobreza y a la desigualdad de género. Para acabar con esta nociva práctica debe promoverse la igualdad entre los géneros y erradicarse la pobreza extrema.
El empoderamiento de las niñas también puede tener un papel fundamental para acabar con estas prácticas. Cuando las niñas conocen sus derechos humanos y cuentan con educación y habilidades prácticas para la vida son mucho menos vulnerables al matrimonio infantil.
En los países en desarrollo, cada día 20 000 niñas menores de 18 años dan a luz y se quedan embarazadas antes de alcanzar la madurez física. Decenas de miles de adolescentes mueren cada año por causas relacionadas con el embarazo y el parto.
Desde 1990 se ha producido un importante descenso de los partos en adolescentes, aunque los avances han sido desiguales y todavía queda mucho trabajo por hacer. Como sucede con la eliminación del matrimonio infantil, es fundamental mejorar la posición de las niñas y su acceso a la información para reducir los embarazos y las muertes relacionadas con estos entre las niñas adolescentes.
Esta diferencia dependerá en gran parte de la velocidad con la que se reduzcan las tasas de fecundidad. Estas llevan muchos años reduciéndose a consecuencia de un aumento del deseo de tener familias de menor tamaño y la mejora del acceso a la planificación voluntaria de la familia. A principios de los años setenta las mujeres tenían un promedio de 4,5 hijos; en 2014, el promedio era de aproximadamente 2,5 niños por mujer.
Teniendo en cuenta estos descensos, las Naciones Unidas han elaborado tres proyecciones de población: según la más elevada, el mundo podría tener una población de 17 000 millones de personas en 2100 y, según la más baja, unos 7000 millones —aproximadamente el tamaño de la población mundial actual—. La proyección intermedia sugiere que al final de este siglo será de aproximadamente 11 000 millones de personas.
Las muertes por el VIH están descendiendo en todo el mundo, al igual que las nuevas infecciones por el VIH. Aunque es alarmante que los jóvenes sigan siendo especialmente vulnerables a esta enfermedad.
Todavía queda mucho por hacer para proporcionar a los adolescentes información integral sobre salud sexual y reproductiva, servicios que les ayuden a prevenir la transmisión del VIH y tratamiento para quienes están infectados.
Se estima que en todo el mundo viven entre 100 millones y 140 millones de mujeres y niñas que han sido sometidas a algún tipo de mutilación genital femenina. Esta práctica puede provocar dolor crónico, infecciones, complicaciones del parto y otros efectos adversos.
Pero el diálogo en la comunidad sobre las consecuencias de la mutilación genital femenina para la salud y los derechos humanos ha hecho que muchos hayan abandonado esta práctica nociva. En 15 países clave en los que trabajan conjuntamente el UNFPA y UNICEF para contribuir a acabar con esta práctica, se calcula que 12 357 comunidades se han comprometido a abandonarla.
La mitad del total de migrantes internacionales viven en tan solo 10 países. Los cinco destinos preferidos son los Estados Unidos, la Federación de Rusia, Alemania, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, según datos de la División de Población de las Naciones Unidas.
Pero aunque muchas personas asumen que los migrantes se desplazan de los países en desarrollo a los desarrollados —lo que se denomina «migración Sur-Norte», es algo más común el desplazamiento entre países en desarrollo, denominada «migración Sur-Sur».
Los migrantes pueden ser vulnerables a la explotación, el abuso y la discriminación. Pero hacen importantes contribuciones, tanto a los países a los que se trasladan como a sus países de origen.
La urbanización transforma enormemente el paisaje y los estilos de vida. Son muchas las oportunidades que ofrece, incluso un mayor acceso al trabajo, la educación y los servicios esenciales, pero también desigualdades que se concentran en los barrios marginales y en asentamientos informales.
Para garantizar que todos los residentes pueden beneficiarse de la urbanización se necesitan políticas orientadas al futuro, sobre todo aquellas que promueven el desarrollo sostenible y los derechos humanos.
– Steven Edwards