Noticias

Parto en medio de la huida: en medio del éxodo masivo en el Líbano, se necesita urgentemente apoyo médico

Una bebé envuelta en una manta verde en una cuna de hospital.
Amal nació el 2 de octubre ,en la frontera, después su madre huyó de la escalada de las hostilidades en el Líbano. © Omaya AL Mekdad / UNFPA Siria
  • 04 Octubre 2024

BEIRUT, el Líbano / DAMASCO, Siria – Continuaron los intensos ataques aéreos sobre los suburbios del sur de Beirut, el Líbano, una zona residencial. La violencia en curso ha desencadenado un desplazamiento masivo. Al 3 de octubre, más de 1 millón de personas se han visto desplazadas o afectadas a medida que se intensifican las hostilidades, aseguran los funcionarios. Alrededor de 541.000 personas han huido de sus hogares, más de 160.000 en busca de refugio en superpoblados albergues colectivos.

Según estimaciones del UNFPA, unas 11.600 embarazadas necesitan con urgencia acceso a servicios de atención prenatal, protección, nutrición, agua potable e higiene.

Cerca de 300.000 personas han huido a Siria desde el Líbano, una cifra que incluye tanto a refugiados libaneses como a repatriados sirios. La mayoría de quienes cruzan la frontera hacia Siria son mujeres y niños.

Se calcula que unas 2.800 mujeres embarazadas han cruzado la frontera, lidiando con la ansiedad de no solo dónde encontrar refugio, sino también con las preocupaciones sobre cómo garantizar la continuidad de la atención y dónde dar a luz de manera segura. Se espera que alrededor de 310 den a luz en el próximo mes.

Khawla fue una de ellas.

Embarazada de su cuarto hijo, se vio obligada a huir del Monte Líbano con sus tres pequeños a cuestas. Cruzaron la frontera hacia Siria a principios de esta semana.

“Sentí que estaba entrando en lo desconocido”, confesó al UNFPA, el organismo de las Naciones Unidas que se encarga de los asuntos de salud sexual y reproductiva.

No fue su primera experiencia de desplazamiento. Ella es nacional siria y había huido de la guerra en su propio país. El Líbano fue su refugio seguro contra la violencia durante tres años, pero ya no los es.

“Tuve que huir para asegurarme de poder dar a luz en un lugar seguro”, explica. “No podía imaginarme dando a luz en medio de la guerra”;

pero eso es exactamente lo que sucedió.

Nacimiento en la frontera

Las contracciones de Khawla comenzaron mientras se dirigía a la frontera hacia Siria, un país que todavía se tambalea en medio de su propia crisis.

“El miedo y la presión eran abrumadores”, comentó. El hecho de que su esposo no había podido unirse a ellos agravó su ansiedad. Entró en labor de parto al tiempo que tenía cargo a sus tres hijos, sola.

“Temía que daría a luz muy temprano. Cada momento se sentía como un riesgo para la salud de mi bebé”.

A medida que sus dolores de parto se intensificaban, la familia se vio obligada a cambiar de autobús. En la parada, buscó ayuda de un equipo médico móvil de la Asociación Siria de Planificación Familiar, un socio del UNFPA que presta servicios esenciales en el centro de salud fronterizo del gobierno.

Entraron en acción. “El equipo me trató con profesionalismo y cuidado”, recordó Khawla. “Me pusieron en una silla de ruedas y comenzaron los exámenes necesarios”.

Khawla dice que sus emociones se arremolinaban. “Estaba dando a luz en la frontera, rodeada de familias desplazadas que compartían el mismo dolor y miedo”, recordó. “No obstante, todo se detuvo cuando escuché el llanto de mi hija. Sentí su calor, y en ese momento, todos mis miedos se desvanecieron. Me sentí más fuerte que nunca”.

Khawla le puso el nombre de Amal, que significa “esperanza”, a su hija recién nacida.

Un sistema de salud deteriorado

Una bolsa azul con logotipo blanco del UNFPA puesta de lado junto a una pequeña pila de toallas sanitarias y otros artículos de higiene.
Suministros distribuidos en la escuela pública Houssein Massoud, que se ha convertido en refugio para familias desplazadas, en el Líbano. © UNFPA Lebanon/Anastacia Hajj

Khawla tuvo la suerte de encontrar apoyo médico justo cuando lo necesitaba. Muchas mujeres y niñas desplazadas, tanto las que llegan a Siria como las que buscan refugio dentro del Líbano, no tienen tanta suerte.

Al menos 73 trabajadores de salud han muerto, y muchos más han resultado heridos en el Líbano desde octubre de 2023. Seis hospitales se han visto obligados a evacuar, y 40 de los 317 centros de salud primaria están cerrados. Incluso antes de la actual escalada, el 10 % de los centros de salud del Líbano habían cerrado sus puertas.

La situación en Siria es igualmente sombría: casi la mitad de los centros de salud están parcial o totalmente dañados y hay una escasez crónica de equipo y suministros médicos, a lo que se suma la escasez de personal.

Los funcionarios de salud están tratando urgentemente de llenar las lagunas dejadas por los centros de salud cerrados y el personal médico desplazado. Hiba Kchour, analista del programa de salud sexual y reproductiva del UNFPA en el Líbano, es una de esas personas desplazadas. Se ha visto obligada a huir dentro de su país dos veces, primero en julio y otra vez la semana pasada.

“Tuvimos que decidir qué sobrino escapa en qué coche, y con quién, en caso de que uno de los coches fuera atropellado en el camino”, relató.

Sin embargo, la Sra. Kchour ha seguido prestando apoyo a otras mujeres y niñas afectadas. El UNFPA está ampliando su apoyo a las mujeres y niñas desplazadas, muchas de las cuales están hacinadas en refugios y luchan con problemas de higiene y seguridad.

“Este es el núcleo de nuestro trabajo, y es nuestra responsabilidad responder a las crecientes necesidades de las mujeres y las niñas, especialmente durante situaciones de emergencia”, dijo.

El UNFPA hace un llamamiento a todas las partes en el conflicto para que protejan a los civiles, los hospitales, las instalaciones sanitarias, el personal médico y los pacientes. “La interrupción de los servicios esenciales de salud que salvan vidas para mujeres y niñas es profundamente preocupante. La necesidad de protección es urgente. Es una cuestión de vida o muerte, incluso para el personal de la ONU”, dijo Laila Baker, Directora Regional del UNFPA para la Región de los Estados Árabes.

 Las mujeres organizan medicamentos y suministros en una mesa debajo de un árbol. Llevan chalecos negros con los logotipos del UNFPA y del Mosaic.
El UNFPA y su socio local Mosaic operan un equipo móvil para proporcionar servicios médicos a los libaneses y sirios que llegan a la gobernación siria de Lattakia. © Mosaic / Ahmad Deeb 

Con financiación de la Unión Europea, el UNFPA también está aumentando el apoyo a los grupos asociados que trabajan en Siria para proporcionar atención urgente de salud sexual y reproductiva, prevención y respuesta a la violencia de género, y atención psicosocial para los traumas y la ansiedad. También están distribuyendo medicamentos esenciales, suministros nutricionales y kits de dignidad, que contienen artículos esenciales de higiene.

 En cuanto a Khawla, ella y Amal fueron transportadas a un hospital en Damasco, donde recibieron las pruebas y vacunas necesarias, y el certificado de nacimiento de Amal. Ahora están planeando comenzar una nueva vida en la ciudad natal de Khawla.

“Volveremos a nuestra casa en Manbij, en Alepo”, asegura Khawla, y agrega, “puede que no sea fácil, pero por Amal, quiero construir un futuro sin miedo. Quiero que crezca sabiendo que incluso en los momentos más oscuros, siempre hay esperanza”.

Utilizamos cookies y otros identificadores para mejorar su experiencia en línea. Al utilizar nuestro sitio web usted acepta esta práctica, consulte nuestra política de cookies.

X